Hoy os presentamos una de las nuevas técnicas que hemos empezado a utilizar recientemente en nuestro centro, el flossing. Es una técnica que tiene como objetivo principal la mejora del recorrido articular de la mayoría de articulaciones del cuerpo humano la cual combina el trabajo del fisioterapeuta con el trabajo activo por parte del paciente. La técnica se realiza a través de cintas elásticas de compresión con diferentes resistencias lo que nos permiten utilizarlas en diferentes lesiones, edades y estados de la lesión de cada paciente.
Encontramos 4 tipos de resistencias:
Nivel 1 → Indicada en pacientes de edad avanzada y procesos agudos, como por ejemplo, un esguince de tobillo reciente.
Nivel 2 → Indicada en procesos subagudos o articulaciones delicadas por distintos motivos (fragilidad, dolor aumentado..,)
Nivel 3 → Indicada para la mejora del rango articular y la reparación del tejido muscular cuando la lesión se encuentra estabilizada, es el máximo nivel que se puede utilizar en pacientes de edad avanzada
Nivel 4 → Es el nivel que ofrece la máxima resistencia y está indicada en partes del cuerpo de mayor volumen como el muslo por ejemplo o en pacientes con un mayor volumen muscular y corporal.
Este tipo de técnica está indicada en diferentes lesiones como esguinces, tendinopatías, roturas musculares, luxaciones estabilizadas, procesos crónicos… En conclusión, patalogías que produzcan algún tipo de inflamación, dolor y/o limitación en el movimiento normal del cuerpo humano.
Por otra parte, nunca utilizaremos este tipo de técnica si encontramos procesos trombóticos, problemas cardiovasculares, fracturas no estabilizadas, heridas o infecciones en la piel o simplemente dolor exagerado por parte del paciente en la realización de la técnica.
Es una técnica que no solo actúa sobre el sistema músculo-esquelético, sino que también actúa sobre el sistema vascular ya que a través de la compresión-descompresión que producen las bandas elásticas conseguimos un efecto de bombeo circulatorio, lo que hace que mejore el riego sanguíneo del área tratada aportando así a las estructuras que encontramos en la zona ( huesos, músculos, ligamentos…) un mayor aporte de nutrientes y oxígeno transportados a través de la sangre.
La aplicación de la técnica no se realizará más de 6 minutos de forma continuada, aunque durante una sesión sí que se puede realizar varias veces sin excederse de este tiempo y descomprimiendo la zona para que no se vea interrumpido el riego sanguíneo ni se resienta la musculatura. Es recomendable que entre las aplicaciones el paciente realice movimientos activos de la zona tratada para normalizar todas las estructuras.
Para que tengáis más claro el trabajo que se realiza con el flossing os dejamos a continuación con el protocolo de tratamiento con esta técnica de una de las joyas de la corona en el mundo de la fisioterapia: El esguince de tobillo.
PROTOCOLO TRATAMIENTO ESGUINCE DE TOBILLO EN FASE AGUDA A TRAVÉS DEL FLOSSING:
Una vez descartada una rotura completa del ligamento o una fractura se puede empezar a realizar una rehabilitación del tobillo lesionado con la finalidad de recuperar toda la funcionalidad posible tanto en la práctica deportiva como en las actividades de la vida diaria.
Primero realizaremos un vendaje compresivo con la tira de color verde (Resistencia leve) que envolverá toda la zona del tobillo dándole una sensación de compresión lo que nos ayudará a fijar bien la zona del ligamento lesionado y a la vez se producirá una ligera tracción al nivel de la articulación lo que nos provocará un aumento de la movilidad y una relajación de los tejidos.
Con la tira puesta alrededor de nuestro tobillo, el fisioterapeuta realizará movilizaciones pasivas buscando la flexión, extensión, rotaciones y tracción de la articulación tibio-peroneo-astragalina. Esta aplicación se realizará durante 5 minutos y se retirará la venda elástica.
Una vez retirada, el paciente deberá realizar durante 2-3 minutos movilizaciones activas de su articulación sin sobrepasar el rango doloroso.
Se vuelve a repetir este mismo proceso forzando un poco más los limites articulares pero respetando siempre el dolor por parte del paciente. Al finalizar, se repiten también los movimientos activos por parte del paciente.
El último paso, consiste en aplicar el vendaje con un poco más de presión y pedirle al paciente que realice diferentes ejercicios de forma activa como son la combinación de ponerse de puntillas y sobre los talones o caminar durante 5 minutos.
Este tratamiento se puede combinar con otras técnicas como por ejemplo el tratamiento a través de Indiba Active, para reducir el dolor y la inflamación de la zona.
En las siguientes sesiones, si vemos que el paciente ha notado mejoría se pueden aplicar bandas con un mayor grado de resistencia (grado 2 o grado 3) y realizar más ejercicios de forma activa por parte del paciente.